julio 26, 2024

EMPREFINANZAS

ABRIENDO NUEVOS CAMINOS HACIA LA INFORMACION

Lutitas: México como parroquia pudiendo ser catedral

Jesús Galindo y Miguel A. Cervantes

Mientras las políticas siguen persiguiendo un proteccionismo mal comprendido mezclado con revanchismo político y raja electoral, los hogares mexicanos siguen pagando altas facturas por el gas.

Hace años un sacerdote visitó un pueblo para celebrar misa. Contrario a la costumbre, en la parroquia no hubo repique de campanas  y al terminar la misa, el sacerdote le preguntó al sacristán “¿por qué no sonaste las campanas?”. El sacristán apenado le responde “hay 5 razones por las cuales no soné las campanas, primera no hay campanas, segundo…”. El sacerdote lo interrumpe y le dice, “espera, si no hay campana las demás razones no son necesarias”.

El relato nos da una explicación lógica de la crítica acérrima de la izquierda radical, en contra del desarrollo del gas de lutitas. Hasta el 2013, antes de la reforma energética en México, no existía la necesidad de sonar campanas sensacionalistas contra la técnica del gas de lutitas. De cualquier manera, la inversión extranjera estaba prohibida, así que no era necesario crear oposición beligerante en el tema, a PEMEX no se le podía criticar ya que era el penacho sagrado de la soberanía nacional, si no es que sigue siendo desde la óptica del actual gobierno de MORENA.

Si bien es cierto que Pemex ha realizado todos los pozos exploratorios en la república al amparo del monopólico artículo 27 constitucional, la atribución de Pemex no despertó una oposición en la izquierda radical, más allá de cuestionar deficiencias y corrupción. No es cierto que la exploración de petróleo es tan sencilla y barata como pretendió mostrarlo AMLO en su campaña presidencial, no es meter popotes metálicos y ya… bum sale el crudo. Además para encontrar un pozo prolífico se requieren varios ensayos, y no siempre se tiene éxito.

La extracción del gas de lutitas, no es la exploración convencional, es la fractura hidráulica en formaciones rocosas de baja porosidad, conocida en el argot energético como “fracking”. Es un tipo de estimulación de pozo que consiste en fracturar las formaciones de roca mediante la inyección de un fluido fracturante que es una mezcla de agua, arena, un agente apuntalante y un gelificante a alta presión, generando fracturas a través de las cuales fluye el gas de la formación hacia el pozo.

Con la reforma energética se abría la puerta al desarrollo del gas de lutitas, la oportunidad colocaría a México en el liderazgo hispanoamericano por lo pronto. Desafortunadamente la lucha en el marco legal fue desigual, la izquierda empezó a difundir información sensacionalistamente negativa de la técnica lutitas alterando el subsuelo y dañando el medio ambiente. Un ejemplo fue la difusión de un video de Josh Fox, donde supuestamente personas en Pensilvania ponían el encendedor en la llave del agua y salía una llamarada causada por la filtración de gas metano en el agua. Lo que no se dijo en ese video, fue que ya en los años 1970 había reportes de presencia de metano en el agua de la región, mucho antes de la producción de gas de lutitas.

Recordemos que la producción de gas de lutitas en EEUU y Canadá, les ha permitido aumentar la producción de gas con reducción de los costos, por ende, mayor competitividad, con cuidado del medio ambiente porque ayuda a reducir las emisiones de carbono a la atmosfera. De acuerdo con el BP statistical, con el desarrollo del gas de lutitas, EUA tiene el liderazgo al producir hoy en día, el 23.1% de la producción mundial,  produce más que todos los países del golfo juntos, todo esto se dio gracias a la inversión en el desarrollo del gas de lutitas. El economista Glenn Hubbard, menciona que el gas de lutitas en EEUU ha tenido un efecto positivo en la oferta agregada, por lo que ha habido crecimiento sin inflación.

Volviendo a la parroquia sin campanas, en México la producción de gas natural ha ido decreciendo a una tasa negativa anual del -2.9% en el periodo de 2008-2018, mientras que EEUU ha tenido un crecimiento anual del 4.3% en el mismo periodo. Si con las reformas de 2013 hubieran iniciado inversiones para desarrollar el gas de lutitas, hoy México estaría compitiendo por el liderazgo mundial y, en consecuencia, obteniendo mayores divisas y con mejores precios de gas para las familias mexicanas.

Si México toma la determinación de desarrollar la producción de gas de lutitas, va aumentar su producción de gas natural con menores precios y costos para los hogares y empresas, pero mientras las políticas siguen persiguiendo un proteccionismo mal comprendido mezclado con revanchismo político y raja electoral, los hogares mexicanos siguen pagando altas facturas por el gas.

En México sí hay campanas pensando en las reservas de gas, y gracias a rencillas de la izquierda contra las tendencias mundiales, México está perdiendo la oportunidad de levantarse como una catedral.

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