Ciudad de México, 10 de diciembre de 2022.
Escrito por Lic. Marco Antonio Pérez Valtier.
El pasado 1 de Diciembre, el Banco de México dio a conocer los resultados para el mes de Noviembre de su encuesta mensual sobre las expectativas de los “Especialistas en Economía” del sector privado, reportando un inusual aumento en el crecimiento esperado de la economía para este año 2022, de un 0.7% anual, ya que pasó de 2.1% esperado en la encuesta de Octubre, a un 2.8% en Noviembre, (33.3% de aumento en solo un mes) como consecuencia, muy seguramente, del “inesperado” crecimiento de 4.3% en el PIB real que reportó el INEGI para el tercer trimestre del año, comparado contra el mismo trimestre del año anterior.
El asunto NO es menor, porque un aumento de esta magnitud, cuando solo falta un trimestre por reportar, implica que la revisión en el crecimiento del último trimestre que nos faltan por conocer, debe ser de unos 2.8 PUNTOS SUPERIOR a la anterior estimación, (como un 140%) para que ese aumento TRIMESTRAL, lleve a un aumento ANUAL de 0.7%, cuando nada extraordinario está pasado que modifique sensiblemente al alza las previsiones del desempeño de la economía, ya que, comparado contra el trimestre inmediato anterior, la actividad económica está creciendo solo al 1% real.
Más aún, este crecimiento de 4.3% es 126% superior al reportado en el trimestre previo, de 1.9% y 170% superior al crecimiento reportado al primer trimestre del año, de 1.6% y como ya se señaló, en ausencia de cambios drásticos en la evolución de la economía, este súbito optimismo, en tan corto plazo, no luce razonable, y se procede a analizarlo.
Considerando que el INEGI publica trimestralmente el PIB en pesos corrientes, (nominal) y en pesos constantes de 2013, (real) es relativamente sencillo proyectar, cada trimestre, a medida que se van publicando los datos, cuanto podría crecer la economía bajo la dinámica actual, así como con diferentes escenarios alternos, generando estimaciones consistentes y estables, sin macro ajustes.
Ahora, con relación al tema del deflactor IMPLÍCTO del PIB, (diferente al INPC) que se utiliza para “deflactar” las cifras NOMINALES de variables macro, como el PIB, este índice de precios NO se publica periódicamente como los demás índices de precios, ni tampoco los índices de valor y de volumen que se utilizan en la metodología de cálculo del referido índice de precios implícito.
Por otro lado, si el INEGI publica las series trimestrales de PIB nominal y de PIB real, es fácil conocer el valor del índice de precios implícito que utiliza cada trimestre, y de sus propias cifras, se desprende que durante el primer trimestre de este año, utilizó un implícito de 7.0%, el cual aumentó a 8.6% para el segundo trimestre del año, pero para el tercer trimestre, en lugar de seguirlo aumentando, como ha sucedido con la inflación general, LO REDUJO A 7%, lo que elevó de manera espuria el crecimiento real del PIB al tercer trimestre del año, lo que explica casi el 50% del “súbito” incremento en el crecimiento real del PIB.
De hecho, si se deflacta el PIB nominal al tercer trimestre con un implícito más cercano a la realidad, de un 9%, el crecimiento real del PIB, contra el mismo trimestre del año pasado, sería de 2.2% y no de 4.3% como lo apunta el INEGI.
En criterios generales de política económica para 2023, la SHCP estimó un deflactor implícito del PIB de 8% para 2022, mientras que el índice de precios al consumidor estimado fue de 7.7%, y si los precios están siendo más altos que los estimados, lo razonable es que el implícito se revise a la alza, y no a la baja, como lo hizo el INEGI.
Y aunque es difícil de entender, y aún más de explicar, el propio INEGI reporta que el PIB NOMINAL del tercer trimestre de este año, (el mismo que creció inusitadamente) resultó INFERIOR al PIB NOMINAL del trimestre inmediato anterior, es decir, el valor de los bienes y servicios producidos en la economía en el tercer trimestre del año, fue INFERIOR al reportado al segundo trimestre, lo que pone en evidencia que la actividad económica incluso DECRECIÓ.
Si el PIB nominal DECRECIÓ, pero al mismo tiempo el INEGI reporta que el PIB REAL CRECIÓ 1%, esto implica, necesariamente, que el deflactor del PIB fue INFERIOR!! (que bajaron los precios) lo cual, a todas luces, NO es creíble, dada la evolución de la inflación en esos meses.
En efecto, mientras que el PIB nominal del segundo trimestre de este año se reporta en $28,543,040.1 millones de pesos, el PIB nominal del tercer trimestre se consigna en $28,535,440.7 millones de pesos, inferior en $7,599.4 millones de pesos al del trimestre inmediato anterior.
Queda claro, entonces, que el INEGI nos quiere vender una visión de que el PIB REAL está creciendo de manera vigorosa en el tercer trimestre, (contra lo registrado hace un año) manipulando un deflactor artificialmente bajo, inconsistente e indefendible, cuando al mismo tiempo reconoce que el PIB NOMINAL fue INFERIOR, en $7,599.4 millones de pesos, al del trimestre inmediato anterior.
Viendo hacia el cierre del año, en cuanto al PIB anual, el promedio del año, bajo la inercia mostrada en los últimos meses, podría rondar los $28.5 billones de pesos, un 10.5% superior al PIB nominal de 2022, por lo que el crecimiento del PIB REAL para 2022, dependerá del deflactor implícito que se utilice, si se sigue deflactando con el poco creíble 7% que se utilizó para el tercer trimestre, el crecimiento real del PIB sería de 3.2%, incluso superior a la previsión oficial, pero si se deflacta con un implícito más cercano al real, de un 9%, indicador más razonable dada la evolución del INPC, el crecimiento real del PIB sería de solo 1.3%.
En conclusión, esta nota pone de manifiesto, primero, que las estimaciones que realizan los “especialistas económicos” consultados por Banxico, no son tan serias como parecen. Segundo, dada la relevancia del índice de precios implícitos, para determinar el crecimiento real del PIB, el INEGI debe transparentar y publicar la metodología que utiliza para calcularlo, así como la serie de tiempo, incluso por sector económico, y tercero, dado que el índice de precios implícito se construye a su vez utilizando otros dos índices, uno de valor y otro de volumen, (que tampoco se publican) es relativamente fácil manipular los resultados para calcular a modo el crecimiento real del PIB, como en este caso, de variaciones de unos 2 puntos porcentuales, que representan modificaciones de hasta 100% de los valores reales.
Sería realmente grave que instituciones tradicionalmente tan profesionales y serias, como el INEGI, empezaran a perder credibilidad.
Pérez Góngora y Asociados, nfo@perezgongora.com
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