Ciudad de México, 4 de marzo de 2022.
Escrito por Lic. Marco Antonio Pérez Valtier
La cada vez más grande globalización de la economía mundial, y el creciente intercambio comercial entre los diversos Países del mundo, ha construido múltiples vasos comunicantes en las relaciones económicas internacionales, creando importantes inter dependencias entre los Países, que esta crisis geopolítica está afectando de manera importante y significativa.
La respuesta de Occidente al conflicto entre Rusia y Ucrania, de imponer sanciones comerciales y financieras a Rusia, va a afectar y a dañar las relaciones económicas, e incluso turísticas, de manera casi irreparable, y cuyos costos y consecuencias habrán de ser pagados por todos los Países involucrados, no solo por Rusia.
Utilizar el intercambio comercial, el turismo, el transporte y el sistema de pagos internacional como “armas” económicas, lleva el conflicto bélico a otro nivel, y nos transporta a un campo de batalla inédito, que independientemente de cómo termine, dejará efectos y cicatrices que serán difíciles de superar.
Ya finalizado este conflicto, la lección que quedará en la historia, es la fragilidad que tienen los Países que dependen del exterior para alimentarse, o para obtener la energía que necesitan para mantener sus industrias funcionando, o simplemente, para no morir de frío.
Es simplemente asombroso como casi por decreto, se puede devaluar el poder adquisitivo internacional de una moneda, lo que pone en evidencia el poder financiero de los grandes operadores de fondos a nivel internacional, y la influencia que tienen en los mercados de dinero, que si bien es fácil de intuir, era difícil de comprobar.
Por lo pronto, el petróleo y algunas materias primas ya elevaron sus precios y se estima que las presiones inflacionarias habrán de aumentar en el corto plazo, los cuellos de botella en el suministro de insumos estratégicos, como los micro procesadores, que empezaban ya a mejorar, pueden no solo empeorar, sino extenderse a otros insumos estratégicos.
Una mayor inflación, conduce a mayores tasas de interés, y a su vez, a menores proyectos de inversión, y por ende, a un menor crecimiento económico, que posteriormente afecta a la generación de nuevos empleos, a la masa salarial y al consumo, lo que eventualmente incide en un mayor número de pobres y una mayor desigualdad en la distribución del ingreso.
El mayor precio del petróleo hace subir el precio de las gasolinas y el diesel, y hace difícil cumplir la promesa de no aumentar sus precios en términos reales, agotado ya el “estímulo fiscal”, salvo que esta situación sea transitoria.
Por otro lado, la balanza comercial de Pemex arroja un déficit de $25 mil millones de dólares, ya que en 2021 exportó $28.9 mmd pero importó $53.9 mmd, y la industria automotriz, principal exportador de México, se vería afectado si se prolonga la escasez de micro procesadores.
Si bien Rusia no tiene mucho intercambio comercial con México, y ocupa el lugar 35 entre nuestros socios comerciales, para Europa es el socio comercial número uno.
Europa importa de Rusia poco más del 40 por ciento del gas natural que consume, y en el corto plazo, no existen fuentes confiables y accesibles para sustituir este suministro, si se detienen estos envíos.
El propio Estados Unidos, depende de manera importante de la gasolina importada de Rusia, y más del 21% de la gasolina consumida en EUA, proviene de Rusia, y como a su vez EUA también exporta gasolina, como por ejemplo a México, se podrían imponer restricciones a las exportaciones de gasolinas en EUA, para abastecer su mercado doméstico, y habría importantes afectaciones en los suministros, difíciles de pronosticar.
Ciertamente, es difícil saber cuánto tiempo durará este conflicto y cómo habrá de solucionarse, así como la profundidad de sus impactos económicos y el establecimiento de una “nueva normalidad” post conflicto, cuando ni siquiera se ha terminado de configurar la nueva normalidad “post covid” que tanto nos ha afectado.
Se ha abierto una caja de pandora con esta nueva “guerra económica” que no será fácil volver a cerrar, y más difícil aún poder pronosticar el alcance del daño que ya se ha hecho a la confiabilidad de las relaciones económicas internacionales.
La situación será propicia para reforzar movimientos “nacionalistas” e “independistas” que buscan cerrar la economía y ser autosuficientes para estar a salvo de dependencias internacionales, en la medida de lo posible.
Pérez Góngora Y Asociados S.C. info@perezgongora.com
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