julio 26, 2024

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La Ley de la atracción

Ciudad de México, 22 de enero de 2021.

Una mirada al espacio

Por Óscar Manuel Rodríguez Ochoa

El universo en su conformación infinita está regido desde el amor por lo que conocemos como «Leyes subyacentes» que están integradas de forma holística de la estructura interna de cada una de las entidades manifiestas.

Las energías integralmente se mantienen como una sola y a la vez proyectan su propio electromagnetismo ondular en su particular procesamiento conectivo. 

En el universo las energías por sincronicidad establecen una íntima conexión. Todo está dado mediante los diversos niveles cuánticos de la materia y las leyes que transitan.

En el proceso de existencia humana la manera en que los seres observan piensan y sienten son aspectos que se encuentran en constante movimiento y con ello transforman los ángulos en que se localizan las partículas subatómicas.

Es por ello que el universo de encuentra en una permanente reorganización evolutiva. La mente forma patrones subconscientes y genera los constantes cambios energéticos creando programas de importante potencial.

La realidad que nos constituye es producto en gran medida de la información que incorporamos a nuestra burbuja cuántica en nuestro ámbito de manifestación universal.

La ley de la atracción de ningún modo es un dogma de fe, sino un componente vital de la creación consciente y subconsciente de todas las entidades existentes, conectada con cada una de las leyes, y estrechamente con la ley de causa y efecto.

La Ley de atracción no es ni buena ni mala, sin embargo, atrae aquello considerado como positivo y negativo.

Aquello que atraemos en lo personal también influye determinantemente en el inconsciente colectivo, constituyendo un infinito campo unificado donde se ubican expansivamente las posibilidades cuánticas.

Las realidades percibidas están asociadas en lo profundo con los arquetipos memorizados siendo éstos fiel reflejo de lo emanado.

Las creencias adoptadas en gran proporción son generadas de aquello que se piensa y se siente trazando un determinismo contextualizado dentro de un destino prefijado.

Más allá de apreciar que la vida nos pone pruebas, el universo se encuentra expectante de nuestras señales acorde a las energías que proyectemos.

Es fundamental saber que si cambiamos nuestro modelo de ver nuestra realidad a una realidad funcional en lo absoluto seremos creadores de patrones distintos de energía en nuestro poder ilimitado, constituyendo una visión arquetípica que se alinea a nuestras esencias internas. 

Resulta trascendental empoderarnos para diseñar un campo cuántico de elevada vibración sincronizado con la abundancia universal en la inmensidad de su libre y constante flujo.

Cada ser tiene su propio nivel cuántico de atracción acorde a su propia naturaleza de conciencia. Ella es directamente proporcional a su particular fuerza de atracción.

El campo cuántico está conformado por diversos componentes: la historia del ser, su forma de pensar y sentir, creencias, trabajo, estado emocional, experiencias, alimentación, etcétera, ellos son procesados en la aleatoriedad de las facultades de conciencia escaneando las posibilidades del entorno. 

Siendo conscientes a este conocimiento podemos atraer todo aquello que como seres de luz vaya en beneficio nuestro, de los seres y de todo lo que nos rodea cualificándonos en layes de la dinámica, del campo unificado y de la ley de atracción. 

Somos diseñadores infinitos de nuestra vida y realidad como imanes y emanadores energéticos. Es de nuestra incumbencia alinearnos instante tras instante a lo que nos conforma como seres sintientes, visualizadores, pensantes y actuantes. Despertemos a lo que somos y nos pertenece. Hoy es el momento.

Óscar Manuel Rodríguez Ochoa, luy6618@hotmail.com