No ha habido ninguna transformación que implique un avance económico ni democrático, ni un cambio novedoso, sino principalmente una regresión a las políticas aplicadas por el PRI en los años 70 y principios de los 80.
“La transformación no es buena ni mala por sí misma”, señala un comentario a la definición de ese término (definiciona.com), tampoco significa necesariamente un avance, es un cambio de forma, conservando características esenciales.
López Obrador denominó a su gobierno la 4a Transformación. Consideró sería el 4º cambio transcendental en la historia de México. Nos preguntamos, la transformación en su primer año y nueve meses de gobierno, ¿ha sido para bien o para mal?, ¿un avance o un retroceso?, ¿hay cambios novedosos o una regresión a viejas formas?
Si analizamos las principales acciones de gobierno del 1º de diciembre del 2108 al 1º de septiembre de 2020, 1 año y 9 meses, no vemos ninguna transformación que implique un avance económico ni democrático, ni un cambio novedoso, sino principalmente una regresión a las políticas aplicadas por el PRI en los años 70 y principios de los 80. En general un retroceso al estatismo fallido del siglo pasado.
En cuanto a la corrupción, no hay ninguna variación estructural que la reduzca, como derogar el exceso de reglamentaciones y aplicar una mayor transparencia en la asignación de contratos del gobierno. El combate a la corrupción se empieza atacando sus causas, y eso no ha sucedido con el actual gobierno.
AMLO recibió unas finanzas públicas saqueadas, con empresas estatales en una virtual quiebra. Logró exitosamente renegociar el pago de la mayor parte de la enorme deuda heredada, pero ni en PEMEX ni en CFE se mejoró estructuralmente su funcionamiento. Las dos empresas empeoraron sus finanzas y administración, más subsidios, más pérdidas y menos producción.
La inflación se incrementó sin crecimiento económico, lo que implica caer en una estanflación, fenómeno que se inició antes de la llegada del COVID, que profundizó el hoyo en la que ya se encontraba la economía desde 2019.
Declaraciones y acciones del gobierno, como la cancelación del aeropuerto de Texcoco, parar la construcción de empresas mediante “consultas populares” y cerrar las puertas a la inversión privada en el sector energético, ignorando la Constitución, frenaron la inversión interna y extranjera, más los efectos del coronavirus, pronostican una caída de la economía en 2020 de casi el doble que en EUA.
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