febrero 14, 2025

EMPREFINANZAS

ABRIENDO NUEVOS CAMINOS HACIA LA INFORMACION

El punto sobre la i.

Arturo Damm

Si le sacas $5000 a un tipo que trabaja y les das $1000 a cinco tipos que no trabajan, pierdes un voto pero ganas cinco. En el neto ganas cuatro. Ésta es la esfera piramidal más grande de la historia: se llama socialismo. Los que reciben planes no deberían tener derecho a votar.

Miguel Ángel Boggiano

El común denominador de los socialistas es la creencia de que las necesidades insatisfechas de los pobres le dan derecho a una parte del producto del trabajo de los demás, y que el gobierno debe hacer valer ese derecho por medio de la redistribución del ingreso: quitarle a Pedro lo que, por ser producto de su trabajo, es de él, para darle a Juan lo que, por no ser producto de su trabajo no es de él. El socialismo es expoliación legal, en primer lugar, porque cada impuesto tiene su ley y, en segundo, porque cada gasto también la tiene. Pero lo legal, por sí mismo, no constituye lo justo. En muchas ocasiones, como la señalada por Boggiano, constituye lo injusto.

Boggiano hace referencia a lo que podríamos llamar una situación de redistribución pura del ingreso, en la cual el gobierno les quita a unos para darles a otros, siendo que a los segundos solamente se les da y a los primeros únicamente se les quita.

En la realidad esta situación de redistribución pura del ingreso no se da, porque todo gobierno, de una u otra manera, en mayor o menor medida, les quita a todos para, en mayor o menor medida, de una u otra manera, darles a todos. Para que se dé una situación de redistribución pura del ingreso debería haber ciudadanos a los que no se les cobrara ningún impuesto, lo cual no sucede, y también ciudadanos a los que no se les beneficiara con de ningún gasto gubernamental, lo cual tampoco sucede. A todos se les quita, y a todos se les da, pero no de manera igual.

Lo que debe ser es que el gobierno les cobre el mismo impuesto a todos, para darle a todos lo mismo, de tal manera que no haya redistribución del ingreso, ni por el lado del cobro de impuestos, ni por el lado del gasto gubernamental, lo cual se logra cuando lo que el gobierno hace es garantizar derechos, que son los mismos para todos, no cuando satisface necesidades, para lo cual debe proveer satisfactores, lo cual hace redistribuyendo el ingreso: quitándole a Pedro lo que, por ser producto de su trabajo, es de Pedro, para darle a Juan lo que, por no ser producto de su trabajo, no es de Juan, lo cual no impide que también le quite a Juan, y también le dé a Pedro, pero siempre quitándole a Pedro más de lo que le da, y dándole a Juan más de lo que le quita, por lo ya dicho: para que se dé una situación de redistribución pura del ingreso debería haber ciudadanos a los que no se les cobrara ningún impuesto, lo cual no sucede, y también debería haber ciudadanos a los que no se les beneficiara con de ningún gasto gubernamental, lo cual tampoco sucede.

La redistribución del ingreso, que nunca es pura, porque a todos se les quita, pero a unos más que a otros, y a todos se les da, pero a unos menos que a otros, genera clientelas presupuestarias, compuestas por quienes reciben más de lo que se les quita, clientelas presupuestarias que se convierten, porque les conviene, en incondicionales políticos, dispuestos a votar por quien les quite menos y les dé más, por quien redistribuya el ingreso a su favor.

Si el gobierno les quitara a todos lo mismo, para darles lo mismo a todos, no habría redistribución del ingreso, ni por el lado de los impuestos, ni por el lado del gasto del gobierno, por lo que no se constituirían, ni clientelas presupuestarias, ni incondicionales políticos, lo cual degenera a la democracia en mercado electorero. Partiendo del hecho de que el gobierno seguirá redistribuyendo, ¿cómo evitar dicha degeneración? Como lo propone Boggiano: prohibiendo que voten los beneficiaros de la redistribución.

Por ello, pongamos el punto sobre la i.