julio 26, 2024

EMPREFINANZAS

ABRIENDO NUEVOS CAMINOS HACIA LA INFORMACION

VATICINIO ACERTADO

Manuel Suárez Mier

“LO GRAVE NO ES QUE EL IMBÉCIL ANARANJADO SALIERA CON SU PREDECIBLE CANTALETA SINO QUE VIDEGARAY HAYA INSISTIDO, POR TERCERA OCASIÓN, EN PONER A SU JEFE EN EL GRAVÍSIMO TRANCE DE QUEDAR EN RIDÍCULO.”

No se había secado la tinta de mi columna previa en la que auguraba la debacle que ocurriría de viajar Peña Nieto a EU, cuando sobrevino una nueva llamada telefónica en la que Trump insistió, una vez más, que México habría de pagar su muro, lo que llevó a la cancelación inmediata de la visita.

De nuevo fallaron los cálculos de Luis Videgaray, que se había convencido a sí mismo que había encontrado el amansalocos para lidiar con Trump, mediante su yerno Jared Kushner, sólo para sufrir una nueva humillación de parte del “genio estable” de la Casa Blanca.

El gobierno de México iba preparado para firmar una veintena de acuerdos ya negociados con sus contrapartes, sobre diversos asuntos de la compleja relación bilateral, a cambio de que continuarían con ánimo constructivo las negociaciones del TLCAN y que no se tocara el tema del muro.

Trump perdió la compostura (es un decir) cuando Peña le reiteró por enésima vez que su país no pagaría por su necia promesa de erigir “un bello muro entre ambos países,” pues sigue sin entender que nada más porque a él se le ocurrió esa tontería, bastaba para que sucediera.

Lo grave no es que el imbécil anaranjado saliera con su predecible cantaleta sino que Videgaray haya insistido, por tercera ocasión, en poner a su jefe en el gravísimo trance de quedar en ridículo, como ocurrió en la visita del candidato Trump a México y en el intento previo de traerlo a Washington.

¿Cómo subsiste la relación bilateral después de este nuevo despropósito? No está claro, pero varios signos ominosos brincan al escenario:

Kushner perdió su autorización para acceder a documentos y conversaciones clasificados como “ultra-secretos” hasta que la investigación sobre su entorno personal y de negocios finalice y el FBI emita su visto bueno. Este proceso se ha llevado más de un año en el que Kushner operó con un permiso temporal, pero por motivos ignotos nunca llegó a su término. Se especula que la red de contactos con banqueros y extranjeros de reputación dudosa que tejió para su empresa de bienes raíces, es la causa de tal dilación.

En estas circunstancias, no está claro si Kushner podrá seguir con el manejo de asuntos de la mayor prioridad para el gobierno de su país, que incluye la relación con México, al revelarse que “funcionarios de cuatro países (México entre ellos) habían discutido en privado formas de manipularlo a favor de sus causas.”

Hasta el momento, el Presidente Trump no ha intercedido para escudar a su yerno, lo que ha levantado la especulación que está dispuesto a sacrificar a Kushner para protegerse a sí mismo en caso que las pesquisas en curso encuentren que hay delitos que perseguir.

Si se eclipsa la estrella de Kushner, la razón de ser de Videgeray como Canciller se desvanece pues la causa de su nombramiento había sido su acceso expedito a la Casa Blanca. Aun si Kushner permaneciera en sus funciones, los hechos han demostrado que nada bueno para México se logra por ese conducto.

El ultra-proteccionista Peter Navarro, que había desaparecido en las entrañas del Consejo Económico Nacional presidido por Gary Cohn, regresa a la Casa Blanca como asesor especial de Trump justo cuando los tambores de guerra anti-libre comercio vuelven a sonar con ensordecedora fuerza.

Las negociaciones del TLCAN parecen seguir atoradas y no resulta alentador que el principal experto de EU en reglas de origen haya sido requerido de regreso a Washington cuando estaba por empezar la séptima sesión de negociaciones en México, en la que se esperaba consolidar avances en este crucial tema.

Y a todo esto, Trump sigue tan campante excretando insultos y amenazas contra México, ¡esto no huele bien!

México – Estados Unidos