La estocada que no vimos venir.

Ciudad de México, 21 de marzo de 2025.

Por: Lucía Rivadeneyra

Más allá de la visión simplista de personas y grupos de dudosa procedencia respecto al arte de Cúchares, provocar el desempleo de cientos de miles será una problema severo.

No se ha podido solucionar de manera óptima el que ya existe, y ahora, dejarían a muchísimos más “a la buena de Dios”, porque, como sabemos, afuera de las plazas, miles viven de la Fiesta Brava.

Todo indica que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México (CDMX), Clara Brugada, ha echado a andar el proceso de extinción de una de las más hermosas especies del mundo animal: el toro de lidia.

Con la propuesta de iniciativa que presentó y que se aprobó en la Cámara de Diputados local (con toda la línea detrás) el pasado martes 18 de marzo, se lograron los siguientes cuatro puntos:

1.- Faltarle al respeto al toro bravo.

2.- Faltarle al respeto a los toreros.

3.- Faltarle al respeto al público.

4.- Dejar sin empleo a miles de personas, no sólo a las que trabajan en las plazas.

Aunque inconcebible, por desgracia, es común opinar sobre lo que se desconoce. Verdad de Perogrullo: en la vida no se puede saber de todo. Quizá Clara Brugada sepa de economía y movimientos sociales, pero con su “informe” del 13 de marzo evidencia que, respecto a la tauromaquia, su ignorancia es supina. Aprobar estas iniciativas aberrantes es apostar por una bufonada, una forma de terminar con la Fiesta Brava.

Ya la presidenta, doctora Claudia Sheinbaum Pardo, en relación con el tema, ha hecho declaraciones que también reflejan su total desconocimiento sobre el asunto. El día de su toma de posesión declaró, casi a gritos: «Prohibido prohibir». No obstante, en ambas se advierte su animadversión por el toreo y he aquí las consecuencias.

En medio de un día a día, semanas y meses complejos para nuestro país, se mete una “cortina de humo” que afecta económica, emocional y culturalmente a miles de familias.

¿Qué diría García Lorca sobre los “argumentos” de la licenciada Brugada? ¿Qué pensarían Picasso, Paz, García Márquez, María Félix, Hemingway, Goya, Alberti, Carlos Fuentes, Vargas Llosa, Miguel Hernández, Dalí, Ava Gardner, Orson Wells, Ortega y Gasset, Agustín Lara, Joan Manuel Serrat, Silvia Pinal, Camarón de la Isla, Carlos Velo, por mencionar algunos, si hubieran escuchado las declaraciones de la funcionaria?

¿Todo cambia y evoluciona, Clara? Sí, pero no bajo los criterios coyunturales de lo “políticamente correcto”.

Más allá de la visión simplista de personas y grupos de dudosa procedencia respecto al arte de Cúchares, provocar el desempleo de cientos de miles será una problema severo. No se ha podido solucionar de manera óptima el que ya existe, y ahora, dejarían a muchísimos más “a la buena de Dios”, porque, como sabemos, afuera de las plazas, miles viven de la Fiesta Brava.

Hace casi un año, voté por usted con esperanza, Clara Brugada. Debo decirle que por una cuestión de principios -aunque a usted no le importe y el asunto ya sea irreversible- le retiro mi voto al menos simbólicamente, en mi calidad de aficionada taurina, de universitaria, de profesora, de poeta, de mujer que sí sabe de lo que está hablando.

Jorge Arturo Castillo, +52 1 55 5100 4868