
Ciudad de México, 14 de marzo de 2025.
La crisis de salud que marcó un antes y un después en la medicina.
Entrevista al Dr. Santiago Moreno Guillén, jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal, Madrid, España
“A finales de 2019 nadie se imaginaba lo que estaba por venir. Ninguno estaba preparado para la rapidez y el impacto que iba a tener el SARS-CoV-2 en el mundo”, relata el doctor Santiago Moreno, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, España, quien además fue de los primeros pacientes de gravedad por COVID-19 en los meses iniciales de la pandemia.
El 12 de diciembre de 2019 en Wuhan, China, se dieron a conocer los primeros casos de pacientes, 19 días después la oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de ese país informó de varios casos de una neumonía de causa desconocida con síntomas que incluyen dificultad para respirar y fiebre.1 «La alerta emitida por la OMS del 30 de enero de 2020 fue un tanto débil quizá porque no se imaginaban la magnitud de lo que se nos venía encima, tampoco las autoridades sanitarias de Estados Unidos o Europa percibían el riesgo”, agrega el doctor Moreno.
Nos enfrentamos a un enemigo nuevo
“En la pandemia anterior, la de H1N1 en 2009, los humanos contábamos con cierta protección derivada de infecciones previas de gripe y vacunas; sin embargo, el SARS-CoV-2 era un virus completamente nuevo, no existía ningún tipo de inmunidad adquirida”, explica el infectólogo.
Los sistemas de salud del mundo tampoco estaban preparados para una epidemia de esta magnitud. El Dr. Moreno relata que en un principio los casos eran esporádicos, pero en pocos días las salas del hospital Ramón y Cajal estaban saturadas y se exigía un programa de acción inmediato para atender al número de pacientes que no dejaban de llegar. Los demás países vivieron experiencias similares, en México el primer caso se documentó el 27 de febrero de 2020, 64 días después ya había 19,224 casos confirmados y 1,859 fallecidos,2 y el 23 de marzo la Secretaría de Salud declaró la Jornada Nacional de la Sana Distancia.3
Las instituciones de la mayoría de los países tuvieron demasiados problemas para atender la emergencia. “Las unidades de terapia intensiva estaban saturadas, y no había la cantidad suficiente de respiradores y ventiladores mecánicos para el número de pacientes que los necesitaban. En ese momento nos enfrentamos a uno de los puntos más complicados como médicos: ¿a quién darle el respirador?”, relata el Dr. Moreno. Y agrega: “Tampoco contábamos con medicamentos para hacer frente a la gravedad de los pacientes que se internaban. En un principio tuvimos que probar con varios fármacos para brindar una alternativa a los enfermos”.
La respuesta de la comunidad científica
“Los investigadores, en conjunto con la industria farmacéutica, reaccionaron con agilidad frente a un virus nuevo que en muy poco tiempo puso en jaque a la humanidad, trazaron medidas que pudieron reducir de manera significativa la mortalidad», comenta el especialista quien vivió todo el proceso del desarrollo de herramientas farmacológicas que pudieran controlar la pandemia.
El Dr. Moreno, fue testigo de pandemias previas provocadas por nuevos agentes infecciosos, como la del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), y no duda en afirmar que, a diferencia de los años 80 cuando tardaron más de dos años en identificar al virus, “en esta ocasión, en una semana ya sabíamos a qué patógeno nos enfrentábamos; y en 15 días ya conocíamos el genoma completo del SARS-CoV-2″.
“Este hito en la medicina permitió que en unos meses después contáramos con el remdesivir, un antiviral que reducía las complicaciones por COVID-19. Pero lo que ninguno de los médicos esperábamos es que en pocos meses estuviera lista una vacuna segura y eficaz frente al SARS-CoV-2, la cual cambió el curso de la pandemia. Esto no tiene precedente en la historia de la medicina y es algo que será difícil de superar,” asegura el Dr. Moreno
“Hoy conocemos muy bien al virus, su estructura y características. Sabemos que este agente infeccioso tiene mutaciones que han condicionado cambios más o menos importantes en el mismo, por ejemplo, en la virulencia, capacidad de contagio o en la resistencia a medicamentos; por fortuna, hasta el momento no ha presentado cambios que signifiquen riesgo de una nueva pandemia. Este virus se quedará entre nosotros y es necesario contar con vacunas actualizadas anuales contra las cepas nuevas que circulan”, asegura el médico.
“Cómo paciente grave de COVID-19 sé lo importante que es evitar que la infección se convierta en un cuadro serio. Por experiencia sé que estar en terapía intensiva es una situación impactante, estás completamente solo, sin familia y amigos cerca, y dependes completamente de tu médico. Esto me permitió darme cuenta lo importante que es para los pacientes graves tener confianza con su doctor y saber qué él hace todo lo que está en sus manos para reestablecerte”, relata el Dr. Moreno.
El SARS-CoV-2 no desaparecerá de manera espontánea
“El tiempo nos dirá si la recomendación de aplicarse vacunas actualizadas será para toda la población o solo para los grupos de riesgo, pero lo cierto es que el virus no desaparecerá de manera espontánea. Asimismo, debemos estar conscientes que es altamente probable que en un futuro haya nuevas pandemias que con seguridad serán víricas y provendrán de animales. Por ello, esta experiencia debe servirnos para saber cómo reaccionar mejor y de manera más eficiente,” puntualiza.
Gracias a los desarrollos médicos hoy disponemos de múltiples vacunas que han reducido de manera importante la mortalidad de la población, sobre todo de aquella más susceptible. Las innovaciones nos permitirán tener inmunizaciones actualizadas contra las nuevas cepas del SARS-CoV-2 en 100 días4. Asimismo, organizaciones internacionales como la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI) comenzaron a financiar la investigación de vacunas basadas nuevas tecnologías con el objetivo de estar preparados ante el surgimiento de nuevas pandemias.5
Aun superada la pandemia, los científicos no han dejado de buscar nuevas herramientas que permitan hacer frente de una manera más efectiva a una nueva emergencia sanitaria. Nos toca a nosotros protegernos a través de mantener actualizada nuestra cartilla de vacunación desde la infancia hasta nuestra vida adulta. Recordemos que siempre habrá agentes infecciosos que están esperando una oportunidad para enfermarnos, pero si estamos preparados difícilmente estaremos en riesgo.
Cruz, Jacqueline (MEX-IPR) jcruz@ipg-pr.com
Referencias.
1.- CDC. The museum COVID-19. Centers for Disease Control. EE. UU. 2024. Consultado el 27 de febrero de 2025. Disponible en https://www.cdc.gov/museum/timeline/covid19.html#Late-2019
3.- NHI. Epidemiología de COVID-19 en México: del 27 de febrero al 30 de abril de 2019. National Library of Medicine. EE. UU. 2024. Consultado el 27 de febrero de 2025. Disponible en https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC7250750/
3.- INAI. Línea del Tiempo COVID-19 en México. Instituto Nacional de Acceso a la Información. Mexico, 2023. Disponible en https://micrositios.inai.org.mx/conferenciascovid-19tp/?page_id=8432#:~:text=Indic%C3%B3%20que%20a%20lo%20largo,enero%20del%20a%C3%B1o%20en%20curso.
4.- Saville. M. Delivering Pandemic Vaccines in 100 Days — What Will It Take?. New England Journal of Medicine. EE. UU. 2022. Consultado el 6 de marzo de 2025. Disponible en https://www.nejm.org/doi/pdf/10.1056/NEJMp2202669
5.- CEPI. CEPI partners with Ethris to increase access to RNA vaccines through spray-dry technique. 2025. Consultado el 6 de marzo de 2025. Disponible en https://cepi.net/cepi-partners-ethris-increase-access-rna-vaccines-through-spray-dry-technique
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