Lo que muchos falsos liberales hispanohablantes necesitan es tomar unos buenos cursos de Historia de Norteamérica y actualizarse en el Escenario Regional de Norteamérica con más verdades duras y menos sentimentalismo estatista.
¨Muchas personas no quieren que las cosas cambien. Si gastas todo tu tiempo discutiendo con ellos, te irás a la ruina. A la multitud le gusta la familiaridad. A la muchedumbre le gusta la seguridad de lo que todos están haciendo. Olvida a la multitud. Encuentra a los creadores¨.
—Visto en redes
La pompa es admirable. Las ceremonias son respetables. El arresto domiciliario con el pretexto del Covid-19 es humano y científico. Los disturbios y saqueos son ¨protestas pacíficas¨. El fraude electoral es un medio justificado por los fines. La militarización de Washington es deseable. Esto y más siempre y cuando sea para ganancia política Demócrata. Siempre y cuando sea para beneficio sectario, partidista.
Olvidemos que los Demócratas son los Nativistas del pasado y del presente. Mucho antes de que se creara el Partido Republicano. Favor de ignorar que los Confederados tanto del Norte como del Sur eran Demócratas. Que se dejen de enseñar en las clases de Historia quiénes fueron los Jacksonian Democrats y los Dixiecrats. Borren todas las imágenes de propaganda electoral esclavista en los estados del Sur. Por supuesto, de un plumazo reescriban que el origen y filiación política del Ku Klux Klan es Demócrata. Creado y sostenido por políticos electos, jueces, y policías del Partido Demócrata.
¿Las Leyes Jim Crowe? Demócratas. ¿El Gobernador Orval Faubus, de Arkansas? Demócrata. Todavía en 1996 Bill Clinton y Al Gore eran Southern Democrats y se postularon como Dixie Democrats en lo que llamaron ¨La Estrategia Sureña¨.
A continuación dispensen las comunidades privadas donde viven muy seguras Nancy Pelosi y Maxine Waters en el paraíso californiano que han creado. Favor de disculpar la corrupción y abuso de poder para usar mano de obra esclava de Kamala Harris como Fiscal General del Estado de California. Por favor, no tomen a mal el beso que el racista Robert Byrd le dio a Hillary Clinton, ni que tantos Demócratas fueron al funeral de ese señor; incluyendo las elegías de Joe Biden, Barack Obama, y la presencia de Chuck Schumer, Patrick Leahy, Bill Clinton, Chris Dodd, Kirsten Gillibrand, Al Franken entre otros.
Por supuesto, no malinterpretamos las ¨buenas intenciones¨ de Woodrow Wilson al volver a segregar el gobierno federal estadounidense; un progresista y dedicado racista. Que también persiguió y castigó brutalmente a minorías que se rehusaron a enlistarse en el ejército.
Saltemos la lección sobre el discriminador Presidente Lyndon B. Johnson y su desastrosa Great Society que continúa lastimando a millones de personas. Esa estatización que subsidia la pobreza, premia la ruptura familiar, y envuelve en el ciclo de miseria permanente a personas que se vuelven dependientes, se autoperciben como víctimas, y activamente sabotean su propio futuro exigiendo mayor intervención del Estado.
Que la cronología no sea un problema. De favor con el revisionismo más parcial exoneren a Franklin Delano Roosevelt. Que nadie se atreva a mencionar la Convención Demócrata Nacional de 1924, conocida como ¨Klanbake¨, por la alta representación de delegados del KKK, posterior al evento del mismo nombre donde más de 20,000 miembros del clan usando sus túnicas blancas, llevaron a cabo un picnic en Nueva Jersey. Es un detalle menor que FDR nombró a James Byrnes a la Suprema Corte.
Lo que es un poco más conocido es que FDR creó campos de concentración para japonés-americanos. El 19 de febrero de 1942, Roosevelt emitió la Orden Ejecutiva 9066, autorizando al ejército a internar a ciudadanos americanos en zonas militares designadas. Más de 120,000 personas. A los Demócratas les encanta gobernar abusando de los Órdenes Ejecutivas. Ahí está el track-record de Obama, y ahora de Biden en menos de 1 semana de gobierno.
Bien dice el gran Thomas Sowell que no hay que juzgar las intenciones de los políticos y sus programas, sino los resultados. A lo largo de su historia, el Partido Demócrata (y también carga sus buenas culpas el Partido Republicano que no se queda limpio) puede fácilmente ser juzgado tanto por sus pésimas intenciones, como por sus terribles resultados.
Lo que muchos falsos liberales hispanohablantes necesitan es tanto apagar CNN y la prensa desinformadora que miente un día sí y el otro también; como tomar unos buenos cursos de Historia de Norteamérica y actualizarse en el Escenario Regional de Norteamérica con más verdades duras y menos sentimentalismo estatista.
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