“LA POBREZA NO SE ELIMINA CON POLÍTICAS SOCIALES, REDISTRIBUIDORAS DE LA RIQUEZA, SINO CON POLÍTICAS ECONÓMICAS, Y SOBRE TODO INSTITUCIONES ECONÓMICAS”
El progreso económico es la capacidad para producir más (dimensión cuantitativa) y mejores (dimensión cualitativa) bienes y servicios para un mayor número de gente (dimensión social), capacidad que depende de la inversión directa, que es la que abre empresas, produce bienes y servicios, crea empleos, y le permite, a quienes obtienen esos puestos de trabajo, generar ingresos, siendo ésta la única manera de salir de la pobreza: trabajando y generando ingresos con los cuales adquirir los bienes y servicios necesarios para satisfacer las necesidades, no recibiendo, de la mano de alguien más, dichos satisfactores.
Con relación a lo anterior llama la atención el tweet que, hace algunos días, mandó Meade: “La única manera de acabar con la pobreza, de una vez por todas, es creando #oportunidades. Creando #empleo. Mejorando las condiciones para la inversión. Incrementando la productividad y los salarios. Dando acceso a los #DerechosSociales”. Haciendo al margen el tema de los derechos sociales, que en la mayoría de los casos no son derechos sino necesidades, ¡algo distinto!, lo escrito por Meade es cierto, y en torno a los elementos citados (salarios, productividad, empleo, inversión, ¡sobre todo inversión directa!, que es la que crea las oportunidades a las que se refiere Meade), debe presentarse la estrategia económica, no solamente de Meade, sino de cualquier candidato sensato a la Presidencia de la República, reconociendo que la pobreza no se elimina con políticas sociales, redistribuidoras de la riqueza, sino con políticas económicas, y sobre todo instituciones económicas (reglas del juego, incluidas las normas jurídicas, comenzando por el capítulo económico de la Constitución), motivadoras de la creación de riqueza y, por ello, de las inversiones directas, que son las que crean empresas, producen bienes y servicios, crean empleos y les permite, a quienes obtienen esos puestos de trabajo, generar ingresos.
El siguiente paso para Meade es identificar, tanto por el lado de las políticas económicas, como de las instituciones de la economía, los excesos (lo que sobra) y los defectos (lo que falta) y proponer cómo corregirlo.
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