“El Estado, en esencia, es como la mafia. Tiene la estructura de la mafia. Cobra tributos para protegerte de él mismo.
Miguel Anxo Bastos
¿Cuál es la típica conducta del mafioso? Se apersona frente al ciudadano y le dice: “O me entregas parte del producto de tu trabajo, a cambio de lo cual te defenderé de quien te agreda, o seré yo el que te agreda”. A esta práctica, que forma parte esencial de la conducta mafiosa, se le llama, eufemísticamente, “venta de protección”, misma que no pasa de ser “imposición de protección”, todo lo cual resulta en un negocio redondo para el mafioso: él puede ser la causa de un mal (perjudicar al ciudadano), cuyo remedio solamente él es capaz de proveer (abstenerse de perjudicar al ciudadano siempre y cuando éste le pague para que así sea).
¿Cuál es la típica conducta del Estado, que lleva a cabo por medio del gobierno, su agente para tales efectos? Se apersona, por medio del recaudador, frente al ciudadano, en su calidad de contribuyente, y le ordena: “O me entregas parte del producto de tu trabajo, a cambio de lo cual te defenderé de quien te agreda (comenzando por quien pretenda quitarte más de lo que yo ya te he quitado), o seré yo quien te agreda”. A esta práctica, que forma parte esencial del quehacer gubernamental, se le llama cobrar impuestos, misma que no pasa de ser una expoliación legal, todo lo cual resulta en un negocio redondo para el gobierno: él puede ser la causa de un mal (castigar al ciudadano) cuyo remedio solamente él puede proveer (abstenerse de castigarlo siempre y cuando pague sus impuestos).
¿Cuál es la semejanza que encontramos en el proceder de la mafia y en el comportamiento del gobierno? Que en ambos casos a la persona se le obliga, bajo amenaza de algún castigo, a entregar parte del producto de su trabajo. ¿Cuál es la diferencia? Que en el primer caso (la mafia vendiendo protección), la conducta es ilegal, no avalada por alguna la ley, mientras que en el segundo (el gobierno cobrando impuestos) es legal, sí avalada por alguna ley. Dicha legalidad, ¿marca una diferencia esencial entre la venta de protección de parte de la mafia y el cobro de impuestos de parte del gobierno? Lo primero, siendo ilegal, también es injusto. Lo segundo, por ser legal, ¿es justo? Lo justo, ¿depende de lo legal?
Desafortunadamente necesitamos del gobierno, que es un mal necesario. Necesario por la tarea que, de manera esencial, debe desempeñar: garantizar el respeto a los derechos de las personas. Mal por la manera que tiene de financiarla: cobrando impuestos, es decir, obligando al ciudadano, bajo amenaza de algún castigo, a entregarle parta del producto de su trabajo, lo cual se justifica, sí y solo sí, se cumplen estas condiciones: 1) que se cobre un solo impuesto a la compra de bienes y servicios; 2) que se le cobre a todos, de tal manera que, por el lado de la recaudación, no haya redistribución del ingreso; 3) que lo recaudado se destine a que el gobierno garantice los derechos de todos, no a que satisfaga necesidades de algunos, tampoco a que defienda intereses de otros, para que, por el lado del gasto, tampoco se redistribuya el ingreso.
El principal poder de cualquier gobierno es poder cobrar impuestos, poder obligar al ciudadano a entregarle parte del producto de su trabajo, poder que, al paso de la multiplicación arbitraria de las tareas del gobierno, multiplicación que, por lo menos desde las épocas del New Deal, ha sido la regla, ha hecho de la recaudación una expoliación legal, un robo con todas las de la ley, ley que no le quita al robo su naturaleza injusta.
Por ello pongamos el punto sobre la i.
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