Richard Turnill, Responsable Global de Estrategias de Inversión
Comentario Semanal de Inversiones
Puntos clave
1.- El aplanamiento de la curva de rendimiento del Tesoro estadounidense alcanzó su nivel más bajo de la década, pero consideramos que este fenómeno no es una señal de recesión.
2.- El liderazgo del mercado de renta variable experimentó una rotación agresiva la semana pasada. Se revisó al alza el crecimiento de EE. UU. durante el tercer trimestre. Se disparó la libra esterlina.
3.- Las sólidas ganancias del mercado laboral y la inflación salarial de EE. UU. deberían permitir que la Reserva Federal avance con el plan de aumentar la tasa hacia fines de este mes.
La curva de rendimiento del Tesoro estadounidense ha sufrido un aplanamiento durante gran parte del 2017, y los márgenes entre los vencimientos a corto y a largo plazo recientemente se estrecharon a sus niveles más bajos en décadas. Por lo general, este es un fenómeno que ocurre al final del ciclo y señala un debilitamiento del crecimiento; no obstante, consideramos que esta vez ese no es el caso.
La curva de rendimiento compara las tasas de interés con distintos vencimientos. Los inversionistas tienden a centrarse en el margen que hay entre el rendimiento de los bonos a dos años y a 10 años. El rendimiento a 10 años refleja el crecimiento del mercado y la perspectiva de inflación. El extremo corto de la curva está asociado principalmente a las expectativas del mercado sobre las políticas de tasas de la Reserva Federal. El gráfico muestra cómo el reciente aplanamiento de la curva entre dos y 10 años se debe principalmente a un aumento de los rendimientos a corto plazo. Esto muestra una mayor confianza del mercado en el aumento de la tasa de la Reserva Federal, principalmente debido a la mejora del crecimiento y a la perspectiva de inflación. Sería un motivo de preocupación si la curva hubiera sufrido un aplanamiento provocado por una caída del rendimiento a 10 años debido a preocupaciones con respecto a que las políticas de ajuste de la Reserva Federal pudieran debilitar el crecimiento y la inflación. En cambio, las bajas expectativas de inflación han mantenido bajo control los aumentos del rendimiento a 10 años, mientras que la caída del rendimiento en vencimientos a plazos aún más extensos mayormente refleja sólidas compras extranjeras y demanda de las instituciones que procuran cubrir el riesgo.
Una expansión sostenida en lugar de una recesión
Observamos una expansión sostenida en EE. UU. y en todo el mundo. Nuestro indicador de crecimiento BlackRock Growth GPS señala un crecimiento sostenido y por encima de la tendencia de los mercados desarrollados de aproximadamente un 2%. Según nuestro punto de vista, este crecimiento sólido y las expectativas sobre la vuelta de una inflación leve han mantenido a la Reserva Federal firme en su proceso de aumentar las tasas de interés a fines de este mes y, como mínimo, tres veces más en el 2018. Consideramos que no es probable que la Reserva Federal interrumpa la expansión con estos aumentos sostenidos de la tasa de interés y la reducción del balance general. Observamos que la tasa actual de los fondos federales se mantiene muy por debajo de los niveles neutrales (no es ni flexible ni ajustada), y la política monetaria sigue siendo altamente expansionista. Nuestro análisis sobre la poca actividad económica nos ha convencido de que el tiempo que le queda a esta expansión se puede medir en años.
El aplanamiento actual de la curva de rendimiento no es una señal de recesión; entonces, ¿qué nos está diciendo? En gran parte, el aplanamiento de la curva de rendimiento a principios de este año significó un revés de la acentuación del 2016 que acompañó al aumento del crecimiento económico y a las expectativas de inflación después de las elecciones presidenciales de EE. UU. Los mercados habían apostado a que el estímulo fiscal y los gastos de infraestructura incentivarían el crecimiento y la inflación. Los rendimientos a largo plazo reaccionaron aumentando. Aquellas expectativas del mercado se desinflaron durante el transcurso del 2017, cuando los cambios en las políticas tardaron en materializarse y el debilitamiento de las cifras de la inflación se transformó en una gran sorpresa. La demanda persistente de los bonos del Tesoro a largo plazo debilitó aún más el rendimiento a 30 años, incluso frente a un aumento de las tasas a corto plazo. Podríamos observar que los bonos del Tesoro a largo plazo aumenten un poco a partir de aquí, pero prevemos que el crecimiento por debajo de la tendencia, una gran cantidad de ahorros a nivel global que procuran generar renta y otros factores estructurales las mantengan a niveles históricamente bajos. Nuestra perspectiva de crecimiento y de inflación respalda nuestra preferencia por la renta variable, que incluye a los sectores cíclicos, a pesar del aplanamiento de la curva de rendimiento. Dentro de la renta fija de EE. UU., nos inclinamos por los bonos del Tesoro protegidos contra la inflación en lugar de la deuda de gobierno nominal.
Resumen de la semana pasada
El liderazgo del mercado de renta variable experimentó una rotación agresiva: de impulso a volatilidad baja, y del sector tecnológico a los bancos. El aplanamiento de la curva de rendimiento de EE. UU. entró en una pausa. El Senado de EE. UU. aprobó la ley de reforma tributaria.
Los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los países que no son miembros de la organización acordaron extender los recortes de producción. Corea del Norte puso a prueba un misil. Estados Unidos bloqueó el estatus de “economía de mercado” para China en la Organización Mundial del Comercio.
El crecimiento del PIB de EE. UU. durante el tercer trimestre se revisó al alza en un 0,3% a una tasa anual del 3,3% ajustada por temporada. El índice de confianza de los consumidores de EE. UU. subió a su nivel más alto en 17 años. La inflación de la eurozona registró cifras inferiores a las que se esperaban. Según se informó, el Reino Unido acordó cumplir con las exigencias de la ley impuestas para salir de la Unión Europea. Se disparó la libra esterlina a sus valores más altos en dos meses en comparación con el dólar estadounidense.
Hay pocas probabilidades de que el informe de empleo de EE. UU. correspondiente a noviembre influya en la Reserva Federal para cambiar su plan de normalización de la política monetaria. Los economistas prevén un sólido aumento en las nóminas no agrícolas de EE. UU. con aproximadamente 200.000 puestos de trabajo en noviembre, superando por poco el promedio móvil de 12 meses de 167.000 puestos. Se observó un aumento de la inflación salarial de alrededor de un 2,7% en comparación con el año anterior. Las sólidas ganancias del mercado laboral y la inflación salarial deberían permitirle a la Reserva Federal aumentar la tasa hacia fines de este mes.
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Buenísimo el post. Saludos.