“MEADE TIENE LA OPORTUNIDAD, A PARTIR DE SU RECONOCIDA HONRADEZ Y SU PRESTIGIO PROFESIONAL, DE CONSTRUIR UN PROYECTO RENOVADOR DE EXCELENCIA QUE CONVENZA A LA GRAN MAYORÍA.”
La semana pasada comentamos que el dedazo presidencial al destapar a José Antonio Meade como el virtual candidato del PRI para la elección del año próximo, de ninguna manera representaba un regreso al pasado autoritario del partido único, como los fieros detractores consuetudinarios del régimen dicen.
Meade tendrá que competir con un número aún indeterminado de candidatos, uno de los cuales, López Obrador, le lleva por ahora una apreciable ventaja de acuerdo a las encuestas disponibles, aunque a mi juicio ello no tiene en estos momentos iniciales de su campaña la menor importancia.
Desde su creación la mayoría de los candidatos del PRI eran desconocidos para la gran masa del electorado al momento del destape, lo que explica el lapso larguísimo entre esa fecha y la elección el primer domingo de julio, tiempos que se usaban para “placear” al candidato por todo el país.
En esta ocasión José Antonio Meade está obligado a montar una campaña que atienda las preocupaciones esenciales de los ciudadanos en cuanto a la inseguridad pública y un combate frontal y creíble contra la corrupción, causas principales del descontento de la población con el gobierno de Peña Nieto.
Mientras aparecen en el escenario los demás candidatos, pienso que Meade se debe concentrar en ir proponiendo un plan de gobierno que haga patente la calidad y seriedad de sus propuestas, en contraste con el galimatías de ocurrencias y auténticas tonterías que se le ocurren al demagogo AMLO, como su más reciente dicho de ofrecer la amnistía a los líderes asesinos narcos.
Independientemente del apoyo técnico que le brinde el PRI para armar su campaña, hay temas que Meade puede y debe encargar a líderes de opinión reconocidos por la sociedad que llevan años estudiando los principales problemas que afligen a nuestro país, como los arriba mencionados.
Una de las críticas válidas que se le hacen a Peña Nieto es que no incorporó virtualmente a nadie a su gabinete -Meade siendo una de las excepciones- que no fuera ya integrante de sus grupos cercanos de colaboradores que vienen con él desde Toluca o que fueron sus aliados para alcanzar la candidatura del PRI.
Meade debe integrar lo antes posible a su campaña a talentos ampliamente reconocidos por su calidad técnica y prestigio moral que convoquen a los expertos para elaborar y proponer las políticas públicas apropiadas que atiendan los muchos problemas que aquejan a México en todos los ámbitos.
Ello empezaría a diferenciar de manera cada vez más clara ante los ojos del electorado al candidato del PRI del charlatán de Morena -hasta el nombre del partido de López Obrador y la fecha de su candidatura son un dechado de demagogia- y de los demás candidatos cuando se anuncie quienes serán.
El candidato del PRI debe evitar la tentación de rodearse de un grupo cerrado de colaboradores y abrir el juego en su campaña a toda la gente capaz y honesta que evidentemente podrá aportar buenas ideas y estrategias.
El contraste entre los impresentables cómplices de AMLO en la siniestra Corte de los Milagros que lo rodea, con los mejores personajes de México que Meade está obligado a convocar para construir un proyecto nacional tan ambicioso como impecable, irá paulatinamente prestigiando su campaña y sus propuestas para gobernar con eficacia, transparencia y honestidad.
Meade tiene la oportunidad, a partir de su reconocida honradez y su prestigio profesional, de construir un proyecto renovador de excelencia que convenza a la gran mayoría, sin romper lanzas ni con el actual gobierno ni con el PRI que lo postula, como demandan los detractores del régimen.
¡Buena suerte!
Más historias
Hay balance positivo del sector transporte de carga mexicano en 2024: ELAM-FAW
Alarmante la demanda de Donald Trump contra el diario Des Moines Register: SIP
Latinoamérica y el Caribe, con baja capacidad para crecer en 2025: Cepal