“ES DE LA MAYOR IMPORTANCIA QUE NUESTRO GOBIERNO TOME CON SERIEDAD EL PELIGRO INMINENTE QUE RUSIA PARTICIPE EN INFLUIR Y POTENCIALMENTE DECIDIR LA PRÓXIMA ELECCIÓN PRESIDENCIAL.”
El gran escándalo de la semana en Washington se dio al revelarse las acusaciones formales del fiscal especial Robert Mueller a cercanos colaboradores de Donald Trump en su campaña para alcanzar la Casa Blanca, por haber conspirado con agentes rusos en interferir en la elección presidencial del año pasado.
Después de meses de trabajo efectivo y sigiloso en el que no ha habido una sola filtración a la prensa, a diferencia del circo caótico en la Casa Blanca, el lunes se hicieron públicos los cargos contra Paul Manafort, director de campaña y su socio Rick Gates, así como el ex-asesor en temas extranjeros George Papadopoulos.
La amplitud de las acusaciones, que van desde confabularse con Rusia contra EU, lavado de dinero y hacer afirmaciones falsas, sorprendieron a la comentocracia, sobre todo en el caso de Papadopoulos quien se declaró culpable de mentir al FBI, lo que preocupó a la Casa Blanca pues lleva ya tres meses cooperando en la investigación.
Se filtró que Trump pasó parte del lunes por la mañana viendo los noticieros en sus habitaciones y mentándole la madre a los aparatos de TV, mientras cundía el pánico entre sus colaboradores –muchos de los cuales ya contrataron abogados al verse implicados en el escándalo–, que oían los graznidos de su jefe “en un estado de agitación creciente.”
La interferencia de Rusia en la elección se dio de múltiples formas, como lo acreditan los testimonios de los representantes de Facebook, Google y Twitter ante el subcomité de crimen y terrorismo del Senado, en el que se dijo que millones de mensajes rusos se transmitieron por esos medios para manipular al electorado en favor de Trump.
También está el exitoso avance ruso en medios convencionales de comunicación, como RT (antes Russia Today), copia de la cadena CNN, que ha desplegado una intensa propaganda apoyando las causas populistas y anti-sistémicas que se han presentado en elecciones recientes y como fábrica inagotable de noticias falsas.
Rusia apoyó abiertamente y sin el menor recato el Brexit en el Reino Unido, a Le Pen en Francia, Puidgemont en Cataluña y a los candidatos proto-fascistas en Alemania, Holanda, Austria, los países Bálticos y centro-europeos, incluyendo Ucrania donde la campaña de desinformación y la invención de falsedades ha sido colosal.
Todo esto nos debe preocupar mucho pues RT en español está metido hasta las cachas en tratar de sesgar la elección presidencial del 2018 a favor de López Obrador, el candidato ideal de Rusia para crearle problemas a EU en su frontera sur, en estos álgidos tiempos de enardecido renacimiento del nacionalismo anti-gringo, gracias a los reiterados insultos trumpianos al país.
“El hombre de RT en México,” como lo llama la editora de esa plataforma noticiosa, es nada menos que el incansable demagogo y aprendiz de guerrillero John Ackerman, charlatán que se ostenta como académico y quien afirma haber “dictado cátedra” en American University, cuando lo que hizo fue dar un par de enardecidas arengas políticas con su versión marxistoide de lo que ocurre en México.
Resulta que Ackerman, uno de los asesores clave de AMLO en temas extranjeros, ha estado inventando “noticias” y tejiendo intrigas en sus reiterados ataques al gobierno de México, que son remedados y ampliados por los enemigos a ultranza del régimen, Aristegui, Dresser, Lorenzo Meyer y otros, que hacen lo que sea para que fracase.
Como lo ha señalado con reiteración el Embajador Arturo Sarukhan en sus certeros artículos, es de la mayor importancia que nuestro gobierno tome con seriedad el peligro inminente que Rusia participe en influir y potencialmente decidir la próxima elección presidencial.
Más historias
Hay balance positivo del sector transporte de carga mexicano en 2024: ELAM-FAW
Alarmante la demanda de Donald Trump contra el diario Des Moines Register: SIP
Latinoamérica y el Caribe, con baja capacidad para crecer en 2025: Cepal